Jueves Santo: «Desde el Barrio de San José Artesano» por Juan Carlos Moreno

Para nosotros un Jueves Santo , empieza a las 10;30 con una oración y una  ofrenda floral que nuestra querida hermandad hermana del Nazareno de este día realiza a nuestros titulares , para continuar con el típico desayuno fraternal entre hermandades que se realiza desde los comienzos de nuestra hermandad , para continuar con nosotros haciéndole otra oración y su ofrenda floral a Nuestro Padre Jesús de Nazareno y María Santísima de la Amargura y el Santo Cristo de la Fe.

Tras realizar estos primeros actos y con la colaboración de varios hermanos y hermanas, comenzamos a realizar los bocadillos que una vez hayamos concluido con nuestra estación de penitencia y estemos ya recogidos en nuestro templo repartiremos con todos aquellos que nos hayan acompañado en el cortejo.

Sobre las 16:00 horas empezaremos con nuestros oficios ayudando y colaborando con nuestros padres trinitarios  junto con toda esa gran comunidad trinitaria.

Una vez concluido los oficios internos y mirando ya el reloj. Empezamos  a formar ese cortejo que nos acompañara en el largo recorrido , tras escuchar unas palabras del Hermano Mayor y una oración de nuestro Director Espiritual, esperando con nervios y ansia la llamada del  fiscal, para que se abran las puertas el cielo y empezar a procesionar, largo camino nos espera, a los sones de cornetas y tambores  va caminando nuestro señor, por un barrio obrero que cada Jueves Santo lo espera, su madre a los sones de la banda y con esas niñas costaleras va detrás de él mirando cómo se acerca al calvario en esas horas que les queda  pues será crucificado en una cruz de madera.

Tras la estación de penitencia ante nuestra Iglesia Mayor De Nuestra Señora De La Palma, comenzaríamos nuestra carrera oficial, para llegar a Millán Picasso (punto estratégico de la hermandad) donde a sones de marchas podamos avanzar. Lugar de abrazos y llantos y de poco descansar, pues hemos subido la cuesta sin nuestros pasos bajar. Nos llaman los capataces, dentro tenemos que entrar, estamos cerca de nuestro templo, donde ese hijo con su madre se ha de encontrar y a los sones de nuestro himno a su casa regresaran.

Ese hubiese sido un Jueves Santo normal el cual esperamos con ansias y muchas ganas para poder volver a disfrutar. Por desgracia y ante la cruda realidad que nos toca este año vivir, la viviremos desde la oración a nuestros titulares, pidiendo por todas esas personas que velan de nosotros y por el fin de esta pandemia.

Un abrazo en Cristo y María.

Juan Carlos Moreno Cánovas para MUNDO COFRADE ALGECIRAS

Hermano Mayor del Tres Caídas

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