Martes Santo: «Algeciras Cautiva, Esperanza de un barrio…» por Fran Gómez

Algeciras despierta, aún con el recuerdo de un domingo de palmas y olivo. Algeciras despierta con la imagen aún en la retina del Lunes Santo. Pero en el corazón algecireño hoy brota un sentimiento especial, por que las flores de azahar yacen en el suelo, señal de que las hojas del calendario se fueron arrancando y que de una cuenta atrás llego a su fin.

Ese fin tiene comienzo en un barrio de tradiciones, el tan simbólico barrio de San Isidro de nuestra ciudad. Y como bien marca la tradición ahí nos encontramos en la mañana de nuestro Martes Santo, a los pies de nuestro señor y nuestra madre. Cierre los ojos e imagíneselo a Él, ataviado con su túnica burdeos, escapulario de oro y sin poder apartar la mirada de ese rostro cautivo. Y a sus pies ese bastón, que tanto significa y que pregona que eres señor de esta ciudad. Y Ella engalanada con pecho de tisú dorado y perlas que la hacen brillar más aún, arropada por puntadas de oro dadas por tus hijas aquellas que un día decidieron formar parte del taller de bordado y que dieron forma a tu toca, y en un rinconcito de ti, el orgullo de uno de tus hijos en forma de medalla de mérito.

El reloj marca la hora y da comienzo la misa de hermandad, la cita que cada año tiene los hermanos de nuestra cofradía para agradecer, pedir y recordar. Hábitos de nazareno, costales, fajas y mantillas es la estampa que mas se repite hoy en cada casa. El corazón se acelera por minuto que va restando el reloj y los nervios brotan a flor de piel. La plazoleta es lugar de encuentro donde un mar de capas burdeos y verdes se mezclan con la elegancia de una mantilla.

Tres golpes en la puerta, se solicita la venia, son las 20:00 y la cruz de guía se encuentra en el dintel para poder comenzar la estación de penitencia. Los nazarenos avanzan y con ellos el paso del señor.

Algeciras espera en silencio.
El himno de España lo acompaña.
Promesas y plegarias van tras él.
Se aleja y deja de nuevo el silencio.
Nos volvemos a encontrar madre…
Y no puedo, no me permito pensar lo que pudo ser, teníamos tanto pendiente…
Como le explico a ese pequeño que este año no acompañara a Papa y Mama,
a ese nuevo costalero que el año que viene será,
como le explico a nuestros mayores que este año nos los iras a visitar,
sólo me queda el consuelo de que ésto pase y volverte a ver.
Por que Madre, el Martes Santo no es solo publicar la Fe.
El Martes Santo eres tú.
Y es Él.

Francisco Gómez para MUNDO COFRADE ALGECIRAS

Miembro de Junta de la Hermandad Medinaceli

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