Gracias Paco por tu labor con los Cautivos dándoles Esperanzas

Parece que fue ayer, y ya han pasado unos años de aquel día en que siendo Hermana Mayor de la Cofradía Medinaceli-Esperanza, el Superior de los Trinitarios en Algeciras en aquel momento, me pidió que acercáramos Jesús Cautivo Medinaceli a esos otros cautivos que se encontraban en el Centro Penitenciario, mi respuesta fue que no sólo al Cristo sino que era más importante llevarles esperanza a través de nuestra Madre, que lleva ese precioso nombre.

Así fue como, una vez autorizado por la Junta de Gobierno, me puse en contacto con D. Francisco Márquez Salaverri, al que ya había saludado en alguna celebración de la Policía Nacional, comprobando desde el principio cómo velaba por el colectivo que tan bien dirigía.

A medida que lo fui conociendo, iba descubriendo a una bellísima persona, sencilla, discreta, trabajador incansable, desviviéndose siempre para que todo estuviera en orden, un gran profesional que conocía muy bien el sector en el que trabajaba y se implicaba por entero en él,  muy escrupuloso en cuanto a seguridad, burocracia y permisos para acceder al recinto.

Me propuso trabajar para mejorar la Biblioteca del Centro y de los módulos, dada su preocupación por la deficiente escolarización, educación, cultura y carencia de hábitos laborales como clave para la reinserción. En este sentido puso en marcha muchos proyectos a través de la relación inmejorable con todas las Instituciones.

Me consta la excelente labor en su carrera penitenciaria durante más de 40 años, sin que le afectase el partido político que en ese momento gobernara. Durante los 15 largos años que dirigió el Centro, destaco también su cercanía, humanidad y dignidad en su servicio a los demás y todo esto sin ser protagonista; ejerciendo una labor callada pero muy eficaz. Enfrentándose con gran valentía a tantas adversidades que de seguro se le han presentado y siempre que he hablado con él o lo he oído ha transmitido un mensaje de esperanza. 

Es de destacar la cuidada relación y el respeto tanto por los internos y sus familias siendo siempre accesible, aunque estricto, como por los funcionarios alabando su trabajo en todo momento. Atento y conciliador, honrado y transparente, las puertas de su despacho siempre estaban abiertas. Ha actuado con responsabilidad y honestidad intentando ser tolerante, dedicando el tiempo que haga falta sacrificando su vida personal y su familia.

​San Pablo en la carta a los Romanos decía: “que no hay que temer cuando se obra el bien, sino cuando se obra el mal” en este escrito quiero manifestar todo mi apoyo a D. Francisco Marquez, tras su cese de forma inmediata. 

​Es de bien nacidos ser agradecidos, y quiero darle GRACIAS por ese gran trabajo que sin duda tiene un valor incalculable para la sociedad, procurando que los internos salgan mejor que entraron, es decir la reeducación y la reinserción social. Gracias por su tarea constante en un cargo tan duro y de tanto desgaste y como ahora se puede comprobar poco reconocido.

​No puedo entender esta situación, me parece una tremenda injusticia,  creo que no es la forma de despedir a una persona que ha sido referente en Algeciras manifestando siempre una gran empatía y sin pretender ningún halago.

​Desde que termine mi servicio como Hermana Mayor me propusieron seguir colaborando con los Trinitarios y la Hermandad de las Tres Caídas en los actos que se celebraban. Quiero terminar comentando el último que hemos compartido con motivo de la festividad de los Reyes. Él nos decía: que teníamos que trabajar para que el año próximo cada interno de los 1400 que había en ese momento tuvieran un detalle, pues se emocionaba contando, como alguno había llorado al recibir el presente que le llevamos, diciendo que eran lo primero que le habían regalado en sus vidas. ¡Cuánto bien se puede hacer con pequeños detalles!.

​He querido dedicarle estas palabras porque sé que estos años han estado también cargados de muchos sinsabores, momentos de preocupaciones y alegrías, de cansancio, sufrimiento, emoción, entrega e ilusión. Su carácter humilde ha hecho que de seguro acepte aquellas críticas constructivas y sugerencias que han permitido mejorar y crecer. 

​Por todo ello quiero dejar constancia que es una persona grande, muy grande. Soy salesiana y como Don Bosco más que un Director has sido un Padre, Maestro y Amigo. 

​Muchísimas gracias Paco, que el Señor a quién encomiendo tu vida y tu familia, te  lo pague con creces y te acompañe en la nueva etapa que comienza. Un fuerte abrazo. 

Algeciras 9 de febrero de 2023. Inmaculada Pérez Pizarro.

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